martes, 22 de julio de 2014

7 Errores comunes que envejecen tu piel

Hay costumbres a las que no damos la mínima importancia y pueden estar dañando nuestro cutis. Te las descubrimos y te contamos cómo ponerles remedio para que no te pasen factura.





” Tengo buen cutis, no necesito usar cremas”
Es cierto que basta con observar la piel de nuestras madres y abuelas para intuir cómo envejeceremos y si tendremos más o menos arrugas. Sin embargo, las arrugas son algo más que una cuestión de genética. Aunque tengas poca predisposición a tener arrugas, si tu piel se ve afectada por factores como el sol, la alimentación, el tabaco y la alimentación, éstas acabarán apareciendo.
Cuida a diario la piel. La higiene facial, hidratación y fotoprotección retrasa la aparición de las arrugas y manchas.



“Me pongo las cremas a toda prisa”
Entonces la crema queda a nivel superficial, sin penetrar en la piel, y no te beneficias de su ingredientes. Los expertos aseguran que la crema es tan importante como la forma de aplicarla.
Un par de minutos. Es lo único que necesitas para un pequeño masaje de aplicación. Este favorece la absorción de los activos y estimula la circulación provocando un rubor que proporciona el efecto “buena cara”.


“Siempre me ducho con agua muy caliente”
Aunque te relaje y obtengas una sensación placentera, piensa que estás dañando la piel de tu cuerpo y de tu cara. El agua muy caliente elimina el sebo protector natural que tiene la piel y hace que esta se vuelva progresivamente más seca.
Mejor agua templada. De esta forma también te ayuda a abrir los poros, pero sin irritar ni inflamar la piel. Y ahora que es verano, aprovecha que no da tanta impresión y acaba tu ducha con un chorro de agua fría. Te tonificará el cuerpo y conseguirás un efecto lifting en el rostro.



” Solo me pongo hidratante cuando noto la piel reseca”
La hidratante hace mucho más que aportar agua a la superficie de la piel. Retiene el agua dentro de la misma, activa la formación de colágeno y elastina y repara la barrera cutánea para que la piel sea más resistente al calor, el frío y las bacterias.
Aplícala a diario. Es la forma de que se noten los beneficios. Y si quieres que cubra todos las necesidades de tu piel, escoge una hidratante que incluya varios de los siguientes activos:
Glicerina o sorbitol: aportan agua a la capa córnea, la más extensa de la piel.
Ácido hialurónico: actúa como una esponja, reteniendo el agua en la dermis.
Colágeno y elastina: estimulan la fabricación de colágeno.
Ceramidas y aceites vegetales: refuerzan el manto hidrolipídico.

“Uso la hidratante corporal en la cara”
Las leches corporales contienen más proporción de ingredientes oclusivos, los cuales forman una película que frena la salida del agua de la piel. Su función principal es evitar que la piel esté seca. Sin embargo, los ingredientes oclusivos (por ejemplo, la parafina líquida) son muy “pesados” para el rostro y pueden taponar los poros formando granos o espinillas.
Las cremas para el rostro tienen más efectos. Són más completas en principios activos y, además de evitar la sequedad, tienen otras acciones como antiarrugas, antirradicales libres, protección solar, etc. Todo ello con una textura ligera que cuida la piel, evitando que se obstruyan los poros y aparezcan las indeseadas imperfecciones.



” Cuantas más cremas, mejor para mi piel”
Usar una crema sobre otra pensando que sumas beneficios es un error. La absorción de la piel es limitada y la acumulación de ingredientes pueden irritarla.
Organiza tu neceser. Fíjate en los ingredientes de las cremas, es posible que estés superponiendo cremas con activos idénticos o acciones similares. Suprime uno de los productos y úsalo al acabar el que estás utilizando.
Usa cremas multifunción. Si te quieres asegurar de que tu piel obtiene todos los beneficios que necesita. Una buena opción son las BB creams o CC creams, que hidratan, corrigen, protegen, iluminan y, además, aportan un toque de color.



“Si no me maquillo, no me limpio el cutis”
Pero eso no quiere decir que esté impoluto. Si dejas que la contaminación y las células muertas permanezcan durante toda la noche en tu rostro, los poros se obstruirán y aparecerán puntos negros y granos.
Usa un agua micelar. Si te da pereza limpiar la piel antes de acostarte, hazlo cuando llegues a casa, por la tarde, con este producto, que incorpora tónico y reduce el tiempo de aplicación. Otra solución rápida es usar las prácticas toallitas desmaquilladoras.






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